Goya, Delacroix, Constable y Friedrich, los cuatro maestros que dieron alas al romanticismo

  • Una exposición muestra la obra de los importantes pintores junto a la de 16 artistas que revelan la herencia romántica en diferentes épocas.
  • El recorrido por 80 obras construye constelaciones de autores tan diferentes como Cézanne, Rothko y Richter.
  • La muestra une los trabajos con criterios técnicos y buscando la similitud en el tratamiento de los motivos.
Óleo del alemán Caspar David Friedrich, fechado entre 1831 y 1832, que ilustra un paisaje de Dresde
Óleo del alemán Caspar David Friedrich, fechado entre 1831 y 1832, que ilustra un paisaje de Dresde
Caspar David Friedrich - © Staatliche Kunstsammlungen Dresden, Foto: Jürgen Karpinski
Óleo del alemán Caspar David Friedrich, fechado entre 1831 y 1832, que ilustra un paisaje de Dresde

Francisco de Goya (1746-1828) anunciaba la explosión del romanticismo con obras como El tres de mayo de 1808 en Madrid (1814), la colección de grabados de Los desastres de la guerra (1810-15) o las Pinturas negras (1820-24). La libertad de las composiciones, el carácter pasional de los motivos y el dominio de la imaginación hacen del aragonés un fundador del que maestros románticos posteriores como Eugène Delacroix (1798-1863) tomaron inspiración. John Constable (1776-1837) y Caspar David Friedrich (1774-1840), al tiempo que el pintor francés, desarrollaron el romanticismo en la pintura dándole al paisaje un significado espiritual y una subjetividad sentimental.

El museo Albertinum de Dresde (Alemania) pone en conjunto la obra de las cuatro grandes figuras de la pintura europea decisivas en el desarrollo del romanticismo. La exposición Constable, Delacroix, Friedrich, Goya. Die Erschütterung der Sinne (Constable, Delacroix, Friedrich, Goya. La conmoción de los sentidos) —en cartel hasta el 14 de julio— busca a lo largo de 80 trabajos la conexión de obras de los cuatro grandes nombres con creaciones de autores posteriores como Cézanne, Manet, Rothko y Richter.

Las piezas exhibidas proceden de la colección permanente del museo y se completan con préstamos del Museo del Prado de Madrid, del Louvre de París, del Victoria & Albert de Londres, del MET de Nueva York y diversas colecciones alemanas. La comparación, que a veces puede parecer osada y demasiado radical, tiene sentido cuando se ilustra con los trabajos de 16 artistas (algunos de ellos en activo) herederos de una manera u otra de las innovaciones iniciadas por los maestros.

El magnetismo de Delacroix

La muestra construye constelaciones de obras —de todas las épocas y de diferentes medios— que afirman las similitudes: los paisajes de Constable se pueden ver junto a trabajos del representante del realismo pictórico Adolph Menzel (1815-1905), el modernista alemán Max Liebermann (1847-1935) y el artista visual belga David Claerbout (1969) en una linea del tiempo coherente y explicativa de la evolución del arte del romanticismo hasta ahora.

El magnetismo de los temas elegidos por Delacroix (autor de obras como La libertad guiando al pueblo y La muerte de Sardanápalo) queda representado en Bandolero herido de muerte saciando su sed, un trabajo que influyó en figuras posteriores como Paul Cézanne, que como ferviente admirador del romántico declaró: "Todos estamos en Delacroix". De una manera menos evidente, compartiendo la luz, la representación del paisaje, los interiores y el tratamiento del color, se conectan trabajos de Friedrich con los del danés Vilhelm Hammershøi (1864-1916), Mark Rothko (1903-1970) y Gerhard Richter (1932).

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